¿Los locos de El Bierzo?
Los que piensan diferente y van a contracorriente a menudo son vistos como locos. Y sin embargo, son precisamente esas personas las que cambian las cosas.
Eso es lo que le pasó a Nemesio Fernández, en el año 89, cuando en plena crisis del viñedo en El Bierzo, empezó a comprar viñedo en Valtuille de Arriba.
La gente de la zona decía que había un gallego loco comprando viñedos en la montaña.
Nemesio se quedaba con las viñas ubicadas en las zonas más altas, donde no llegaba la niebla. Desde allí se podían divisar todas las laderas y las zonas bajas de las montañas de El Bierzo.
En aquellos momentos la uva se pagaba a un precio muy bajo.
La cooperativa de Villafranca estaba a punto de quebrar.
Los viticultores habían abandonado los mejores viñedos, los de las zonas altas, porque, aunque daban uvas de mejor calidad, era más costoso producir y producían la mitad.
Nemesio, en cambio, tenía otra forma de verlo.
Creía que El Bierzo tenía potencial para hacer grandes vinos. Y se dedicó a adquirir y recuperar hasta 27 hectáreas de viñedos abandonados en las tierras altas de Valtuille de Arriba.
En cambio, muy poca gente en la zona lo entendía.
Sí, sabían que esas eran las mejores viñas para hacer vino y que de allí podían salir buenos vinos. Pero les costaba creer de verdad en ello y no veían factible defenderlo en el mercado.
El caso es que tuvieron que pasar diez años más hasta que se empezara a reconocer el potencial del Bierzo para hacer grandes vinos.
La llegada al Bierzo de varios enólogos reconocidos, procedentes de otras regiones, atrajo el interés de los críticos de vino.
Paralelamente, a finales de la década de los 90, en El Bierzo se creó un movimiento en torno al vino entre los jóvenes que querían tomar el relevo, empezar a hacer otro tipo de vinos y poner en valor la región.
A ese movimiento se sumó Isidro, hijo de Nemesio.
Isidro compartía con su padre la misma ilusión de llevar el Bierzo a lo más alto, y también la misma visión de pensar que se podía cambiar el rumbo del Bierzo. ¿Otro loco?…
Y juntos lo hicieron.
Nemesio e Isidro juntos empezaron a hacer vino y crearon una bodega con un objetivo muy claro: elaborar vinos elegantes, con crianza, parcelarios, grandes vinos del Bierzo.
El Bierzo desde lo más alto
Hoy en día, en El Bierzo todo ha cambiado mucho.
Ahora las viñas de CASAR DE BURBIA están rodeadas de viñedos de bodegas de renombre que vienen de otras regiones vinícolas de España y han elegido justo estas tierras altas en Valtuille de Arriba, la Milla de Oro de la región vinícola de El Bierzo.
Parece que el gallego que tiene ahora 90 años, no estaba tan loco…
Ahora los vinos CASAR DE BURBIA se encuentran en las cartas de vino de los mejores restaurantes, incluyendo alta gastronomía y restaurantes con estrellas Michelín.
Y ahora todo el mundo cree en El Bierzo y sabe que aquí es posible crear grandes vinos.
Pero si echamos la vista atrás y recordamos todo lo que ha cambiado la situación en estos años, podemos decir que sí, en CASAR DE BURBIA estuvimos tan locos como para cambiar El Bierzo 😉
Y seguramente sigamos estándolo, porque seguimos con la misma visión y filosofía, la misma inquietud por mejorar, por llegar más alto y por innovar para poder crear los mejores vinos.